Ahora que tanto se teoriza sobre la comunicación, la sustitución del libro por el e-book, la muerte de la prensa en papel, y tantos y tantos temas referentes al universo de la palabra, me vino a la memoria la existencia de un libro publicado hace apenas tres años (2007) titulado McLuhan en la era de Google. La "era de Google", llamativo sintagma nominal descriptivo de nuestra dependencia de este buscador "internauta" que hace una década te regalaban con los CD de publicidad de las compañías recién inauguradas, como Eresmas o Ya. Lo he releído con el morbo característico de quien desea certificar la materialización de la profecía.
Su autor: Pedro Sempere. Un fino percutor de la realidad escondida detrás de algunas paredes, de ironía deslumbrante, a quien conocimos hace muchos años como articulista de Cartelera Turia, cuando era una cartelera, y, sobre todo, por obras literarias como la novela Fritzcollage (1982), ganadora del premio La Sonrisa Vertical. Tuvo suerte por haber desarrollado su vida profesional como publicista en Madrid, cuando este ámbito era un desierto sin colonizar en los años sesenta, pero, una vez jubilado, regresó a Valencia donde uno ya no puede ser lo mismo que fue, sobre todo cuando se es honesto y coherente. También es autor de unas obras inspiradas en la actualidad de su equipo de fútbol, el Levante, de grácil lectura por su calidad literaria y merecedoras de pasar a la bibliografía futbolística imprescindible.
Este ensayo nos introduce en un universo, el de la comunicación, dominante en nuestra sociedad, atendiendo a sus transformaciones actuales. Parte del pensamiento de McLuhan, famoso por su frase "el medio es el mensaje" (que tantos pronuncian, sobre todo periodistas, sin saber qué significada "medio" para este autor, algo bien explicado por Sempere). Lo desarrolla de forma analítica hasta comprobar si el tiempo ha dado o no la razón a sus ideas y profecías dispersas en sus publicaciones, conferencias, artículos y manuscritos. Pocos españoles pueden, como este autor, haber gozado de su contacto directo y con su perspicacia desplegar los núcleos fundamentales y secundarios de sus trabajos. Por estas razones, la obra se subtitula "Memorias y profecías de la aldea global", un subtítulo muy expresivo e indicativo del contenido.
Con prólogo de Eric McLuhan, el hijo de ese profesor de literatura metido a estudioso sociológico de la comunicación, Sempere divide el libro en capítulos alfabéticos. En la "p", por citar uno, nos introduce en la evolución de la pornografía, la prensa digital y la publicidad. En la "t", el teléfono móvil, la televisión o las tétradas, leyes de los medios. De esa forma, elabora una enciclopedia crítica, con una visión personal entre el análisis del pasado y el presente con prospección de futuro. Y con un gran estilo lleno de concisión, precisión léxica (aunque no me guste demasiado tanto anglicismo habitual en este mundillo), concreción temática, una prosa fluida y amena, sin dejar de lado el recurso retórico necesario o la literariedad de su prosa. No estamos ante un tratado académico, como el autor indica en el prólogo, pero tampoco ante un manual de comunicación al uso: estamos ante una magnífica visión global del camino de los mass media desde la individualidad de cada ámbito. Por ello, estamos ante un ensayo en su plena extensión del término, aunque Sempere siempre aporte la prueba explícita a la ciencia, pero por su arte de la magia premonitoria o la perfecta conjunción entre disección y prueba.
Además del recorrido por la figura y obra de McLuhan, personalmente prefiero los capítulos referentes al cumplimiento de algunas profecías. Nos permite reflexionar cuando nos alumbra con frases como las referentes al auge de la prensa digital y la puesta en defensiva de los periódicos creando ediciones en Internet. O el muy interesante capítulo "El héroe cansado" sobre la irrupción del libro electrónico y su penetración en la sociedad, abierto a sucesos futuros inciertos. Nos satisface el estudio de los medios calientes y medios fríos por su agudeza. Generalmente para el profano era difícil comprender esta diferencia, pero el estudio de Sempere la aclara y facilita su comprensión en apenas unas páginas. Los conceptos complejos con este ensayo quedan sumamente aclarados.
Para quien desee adentrarse en este mundillo de la teoría de la comunicación, creo que tiene aquí el instrumento adecuado. Los esquemas gráficos le dan claridad a los conceptos más difusos. Quizá nos gustaría que el tamaño de la letra de las citas literales fuera un poco más amplia, pero esto es insignificante cuando el libro posee una riqueza y una claridad expositiva digna de agradecimiento. Tan interesante como las predicciones nos resultará el análisis de la televisión con sus basuras escenificadoras de la oferta y la demanda, conclusiones no alteradas por el paso de estos tres años, sino realmente intensificadas hasta el agotamiento y el vómito.
El mundo de las telecomunicaciones evoluciona a tal velocidad que la obra podría actualizarse en algunas facetas. No en una obra abierta de una página web, que nunca será una obra conclusa (con lo cual igual hasta ni es obra). Si un formato para el e-book permitiría su continua evolución, con permiso del autor, una nueva edición podría abordar el auge de Facebook y otras redes sociales que se están imponiendo sobre otros medios como chats y foros, la evolución de Google, convertido ahora en algo más que un buscador y que se fagocita progresivamente a navegadores y programas ofimáticos o gráficos, hasta convertirse sus propietarios en los nuevos Bill Gates de esta primera década del siglo XXI, o la vigencia de SecondLife, que parece bastante ausente del debate social actual e incluso si foros o redes sociales permiten desarrollar esa "second life" a la que algunos seres aspiran como salida de su mediocridad e incomunicación. No obstante, no estamos ante un libro obsoleto por dos motivos: 1) su perfecto análisis del pensamiento mcluhiano y la evolución histórica de los mass media; y 2) el cumplimiento de sus predicciones en estos momentos.
Ya sabrán Vds., por fin, gracias a Pedro Sempere, por qué "el medio es el mensaje" y "el miedo es el masaje". Sabremos por qué, como dice el autor, "la Era Digital no tiene fronteras". Aunque me temo que esta era acaba de comenzar y no veremos su desenlace porque parece no tener su final muy cerca. McLuhan ha conseguido con el tiempo convertir sus profecías en ciencia, en efecto, pero no sé si las predicciones de Negroponte se harán realidad. En caso afirmativo, siempre existirá la Resistencia, con mayúsculas. O los hombres-libro de Ray Bradbury y su Farenheit 451.
Quizá McLuhan ahora no tendría el camino de la profecía tan fácil. O quizá sí, como ha hecho Pedro Sempere en este libro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario