El poeta valenciano José Albi, fallecido el 7 de junio pasado, gozaría ayer día 28 de octubre. Desde donde esté, seguro que disfrutaría al ver a siete asociaciones literarias valencianas leyendo treinta y siete poemas suyos y unidas alrededor de su figura. La Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios (CLAVE), Amigos de la Poesía de Valencia, El Sueño del Búho, Ateneo Blasco Ibáñez, La Buhardilla, Instituto de Estudios Modernistas y Asociación Literaria Castellonense de Amigos de la Poesía (ALCAP), rindieron un sentido homenaje con la lectura de sus versos. El que Pepe Albi fuera capaz de reunir a todas las asociaciones demuestra el cariño que le rendíamos en esta ciudad a veces tan desagradecida con sus gentes.
Lo merecía. Un poeta con una línea propia, alejado de modas, zaranganas y premios. Alejado del mundanal ruido y que sacrificó la fama por una vida feliz junto a su familia, sus amigos y su tierra. Como expresó su hijo Fernando, "¿para qué me iba a ir a Barcelona o a Madrid si aquí era feliz?". Y es que uno es de donde es feliz. Tu tierra no es aquella donde estudiaste el bachillerato, como dijera Max Aub, sino aquella donde gozas. Y así hizo Albi, un amigo de todos.
Las asociaciones mostraron su devoción por el poeta con sus diversas personalidades. La presencia de sus amigos de Jávea, Antonio Espinós y Francisco Reus, y su concejal de cultura, junto a la Directora General del Libro de la Generalitat Valenciana, añadió mayor intensidad al acto, perfectamente culminado con las lecturas de sus tres hijos. Fue un homenaje lúcido, transparente como el agua, hasta el punto de convertir a Albi en un espejo en el que todos nos debemos mirar. Pero el acto no hubiera sido posible sin la implicación activa y eficiente de la Institució Alfons el Magnànim, y su director Ricardo Bellveser.
Vida de un hombre, El silencio de Dios, El temps ombrívol de les roses o Picasso azul es parte de su producción destacada. Su valor para emprender la aventura de la revista Verbo en los años cuarenta nos demuestra su amor a la poesía. Fue una de las primeras personas en rescatar el mejor surrealismo en la poesía española en uno de sus números, coeditado con Fuster cuando aún se llamaba Juan. Presidente de Honor de la Asociación Valenciana de Escritores y Críticos Literarios (CLAVE), ejerció una enorme labor impulsora de la actividad cultural.
Pero aquí no se acaba José Albi. Su poesía está ahí y siempre le recordaremos. Siempre con nosotros, ¿verdad, Fernando?
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